La
biota silvestre al occidente de esta provincia en la región
Montañas de la Sierra del Turquino es notoria por su alto
grado de endemismo, con notables cambios en la composición
floral con respecto a la altitud y las laderas norte o sur. A partir
del litoral se observa la manigua costera, la cual al ganar en altura
es sustituida por el monte seco. Más arriba aparece el bosque
pluvial de baja altitud (400 m), seguido del submontano (400-800
m) y sucedido del montano (800-1600 m) con riqueza florística
notable y especies de estenocoras, tales como la sabina (Juniperus
saxicola). Después de los 1600 m aparece el esplendor de
los helechos arborescentes del monte nublado y finalmente, después
de 1900 m
se revela la peculiaridad del monte fresco o subpáramo, con
troncos enanos y retorcidos, poblados de plantas epífitas,
musgos y otras especies higrófilas.
En la zona oriental de la Sierra Maestra, la vegetación es
relativamente variada con presencia de montes secos (micrófilos)
en el extremo nororiental de la Sierra de la Gran Piedra en alturas
que oscilan entre 360 y 560 m, y en la parte oriental de la cuenca
del río Baconao al sur de la loma de Santa María a
una altura entre 400 y 600 m.
De la vegetación natural, la más abundante es el bosque
perennifolio siempreverde mesófilo submontano (400-800 m),
presente en la cuenca superior del río Baconao, así
como en la cuenca superior del arroyo Sigua. Asimismo pueden observarse
superficies apreciables de coníferas, dominadas por el pino
de la Maestra (Pinus maestrensis) en las crestas elevadas de la
sierra de la Gran Piedra.
En la Llanura de Santiago de Cuba la biota silvestre es muy pobre,
por la desaparición de los bosques naturales, la acción
antrópica cercana de una gran urbe y la ocupación
de los espacios naturales por los sistemas urbanos y suburbanos.
En las zonas costeras, a ambos lados de la bahía, asociados
a las costas altas con suelos esqueléticos y arenosos, se
localizan algunas especies endémicas vegetales.